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martes, octubre 03, 2006

Copine


No recuerdo cuándo te conocí. Ni creo que te recuerde en los primeros días en los que compartíamos intereses comunes por la psicopedagogía. Intereses que iban a ser decisivos para llegar a ser mi copine. Pero hubo un email. Una llamada de atención y te colaste como quien no quiere la cosa. Y sin darme cuenta estabas en el Gabinete. Qué sutilmente traspasaste el umbral y con qué fuerza. Desde ese primer día me atrajo tu ímpetu. Yo no quería más gente en el Gabi, pero tú no fuiste gente, te convertiste en la copine: trabajadora, inquieta, curiosa (beti arakatzen), infatigable, ... Me llovían emails, se evaporaba la tinta, las fundas se desvanecían con inusitada velocidad. Eras tú. Han pasado unos meses y no has cambiado un ápice. Lo que desaparecía sigue desapareciendo, pero de manera más ordenada. Sigues demandando... y dando. Sí, te entregas con la fuerza adolescente, emprendes cada nuevo proyecto con el interés de quien todo lo quiere saber y, a veces, sólo a veces, cuando algo no te sale bien, sabes lograr la comprensión, mi comprensión, con un sencillo: "soy humana, a veces cometo errores". Sigue siendo humana, copine. Por lo menos hasta que me quede una leve sonrisa con la que poder responderte diciéndote: ¡Qué grande eres, pequeña!Con todo mi cariño y admiración. Copain

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