El Discípulo de Sócrates
Un discípulo llegó muy agitado a casa de Sócrates,
y empezó a hablar de esta manera:
--- Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando
de tí con malevolencia...Sócrates lo interrumpió diciendo:
--- Espera! Ya hicisteis pasar a través de las Tres Bardas lo
que me vas a decir?
--- ¿Las Tres Bardas??
--- Si - replicó Sócrates- La primera es la VERDAD.
Ya examinasteis cuidadosamente si lo que me quieres decir,
es verdadero en todos los puntos??
--- No.... lo oí decir a unos vecinos......
--- Pero al menos lo habrás hecho pasar, por la segunda Barda
que es la BONDAD. Lo que me quieres decir es por lo menos bueno??
--- NO, en realidad no; al contrario........
--- Ah! -interrumpió Sócrates- Entonces vamos a la última Barda.
Es NECESARIO que me cuentes eso??
--- Para ser sincero, no; necesario no es.
--- Entonces - sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario....
Sepultemoslo en el Olvido.
Anonimo
ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CON SÓCRATES. Hay que aplicar el filtro de las tres bardas.
jueves, noviembre 25, 2010
CUENTO DEL CIELO Y EL INFIERNO
EL CIELO Y EL INFIERNO
Cierto día, un gran sabio religioso le pidió a Dios que le permitiera ver como era el Cielo y el Infierno para compartir su experiencia con los demás hombres.
El sabio de inmediato se sumergió en sueños y mediante el poder de Dios su alma viajó a los diferentes destinos.
Dios decidió mostrarle primero el infierno. Era una gran mansión, cuya única habitación era un largo e infinito comedor. El comedor era tan amplio como una autopista y al frente de cada comensal estaban servidos los mejores y más variados platillos y manjares existentes. El sabio observó detenidamente sus caras y notó que estaban enfermos, y que tenían hambre ya que sus cubiertos eran tan largos como remos, y por más que intentaran estirar sus brazos no alcanzaban a alimentarse.
El sabio simplemente observó detenidamente y en silencio. Imaginaba que el cielo sería totalmente diferente.
Después de observar unos segundos más, Dios decidió mostrarle al sabio el Cielo. El sabio comenzó a mover sus manos mientras ascendía en ese lento trance.
Cual sería el asombro de ver la misma mansión, y entrar en ella. La única habitación era un gran comedor con las mismas dimensiones y características del infierno. Estaba servida con los mismos platillos ostentosos... Sabía que algo diferente tenía que ocurrir.
Observó que los comensales, a pesar de tener cucharas tan largas como remos se veían saludables, llenos de vigor y felices.. Él sabio se preguntó a sí mismo: ¿Pero cómo están tan felices si ellos por si mismos no pueden aliment..... ?...Ahhhh, es eso. Y observó que cada comensal alimentaba al que estaba en frente.
ANONIMO
ÉSTE Y MUCHOS OTROS CUENTOS LOS HE ENCONTRADO EN http://blogs.que.es/cuentos/2008/6/1/la-isla-los-sentimientos Y COMO A MÍ ESTE TIPO DE APRENDIZAJE ME ENCANTA, LO HE TRAIDO AQUÍ PARA QUE AQUELLOS QUE ME VISITEN Y QUIERAN SER FELICES, TENGAN UN REFERENTE MÁS PARA AYUDARNOS A CONSEGUIRLO.
GRACIAS.
Cierto día, un gran sabio religioso le pidió a Dios que le permitiera ver como era el Cielo y el Infierno para compartir su experiencia con los demás hombres.
El sabio de inmediato se sumergió en sueños y mediante el poder de Dios su alma viajó a los diferentes destinos.
Dios decidió mostrarle primero el infierno. Era una gran mansión, cuya única habitación era un largo e infinito comedor. El comedor era tan amplio como una autopista y al frente de cada comensal estaban servidos los mejores y más variados platillos y manjares existentes. El sabio observó detenidamente sus caras y notó que estaban enfermos, y que tenían hambre ya que sus cubiertos eran tan largos como remos, y por más que intentaran estirar sus brazos no alcanzaban a alimentarse.
El sabio simplemente observó detenidamente y en silencio. Imaginaba que el cielo sería totalmente diferente.
Después de observar unos segundos más, Dios decidió mostrarle al sabio el Cielo. El sabio comenzó a mover sus manos mientras ascendía en ese lento trance.
Cual sería el asombro de ver la misma mansión, y entrar en ella. La única habitación era un gran comedor con las mismas dimensiones y características del infierno. Estaba servida con los mismos platillos ostentosos... Sabía que algo diferente tenía que ocurrir.
Observó que los comensales, a pesar de tener cucharas tan largas como remos se veían saludables, llenos de vigor y felices.. Él sabio se preguntó a sí mismo: ¿Pero cómo están tan felices si ellos por si mismos no pueden aliment..... ?...Ahhhh, es eso. Y observó que cada comensal alimentaba al que estaba en frente.
ANONIMO
ÉSTE Y MUCHOS OTROS CUENTOS LOS HE ENCONTRADO EN http://blogs.que.es/cuentos/2008/6/1/la-isla-los-sentimientos Y COMO A MÍ ESTE TIPO DE APRENDIZAJE ME ENCANTA, LO HE TRAIDO AQUÍ PARA QUE AQUELLOS QUE ME VISITEN Y QUIERAN SER FELICES, TENGAN UN REFERENTE MÁS PARA AYUDARNOS A CONSEGUIRLO.
GRACIAS.
martes, noviembre 23, 2010
El cazo de Lorenzo
Me ha encantado este montaje hecho del libro y el maravilloso mensaje que transmite. Gracias a la autora de las imágenes y del texto y gracias a todos/as que día a día les ceden un bolso donde llevar su cazo.
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