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domingo, mayo 10, 2009

COMPETENCIAS 1

De la eduación en competencias al usuario universal de competencias.


Hemos viajado mucho en el mundo educativo y hemos conocido y utilizado innumerables términos acordes a la teoría educativa que los sustentaba.

Parece que ya hemos llegado al final: educación en competencias. Pues va a ser que no. A mí se me antoja, que en terminología educativa nos pasa como con las nuevas tecnologías: en el momento que aparece un modelo nuevo en el mercado, ya es obsoleto, ya hay otro esperando en la línea de producción.


Esta reflexión me lleva al siguiente análisis:


  1. Antiguamente lo importante era el saber. Saber memorístico. Que podía fraguarse hasta con sangre: la letra con sangre entra.
  2. Posteriormente se predicó, y con acierto, que había que saber hacer. Llegaron los procedimientos.
  3. Este marco se completó, y mejoró, cuando nos dimos, o se dieron, cuenta de que todo ello es para la persona y por lo tanto había que aprender a ser. Los valores se incorporaban a la educación. No creo que estuvieran fuera, pero sí impregnaron el marco teórico que regía el momento.
  4. Pasamos de enseñar contenidos a lograr objetivos y pusimos a los objetivos a trabajar para que el alumnado desarrollara sus capacidades.
  5. Decíamos que una persona tenía que ser capaz de saber, saber hacer y ser. Pero la capacidad se sustituye por la competencia: hay que demostrar que se sabe poner en práctica esos aprendizajes: si eres competente en una lengua deberás demostrar que sabes hablarla, escribirla, y entenderla tanto de forma oral como por escrita. Si sabes que V= I . R Tendrás que saber qué bombilla comprar para consumir menos y alumbrar más, etc.
  6. Pero hay otro nivel que tenemos que poner en funcionamiento: el de Usuario competente. Es decir usuario universal competente. No sólo en el ámbito escolar. No se enseña para la escuela, sino para la vida. Si he desarrollado las competencias del nivel académico superado, no sólo he de poder demostrarlo sino que he de hacerlo en todas partes y en todas las ocasiones en las que se me presente la ocasión o la necesidad.
  7. Si no se cumple el punto anterior, sabremos echar el plástico al contenedor de plásticos, las botellas de cristal al que le corresponda, pero dejaremos los bricks utilizados para hacer los litros, las bolsas del supermercado, las botellas, los vasos, etc. junto al banco de la placita donde hemos ido a estar con los amigos.
  8. Pero, y esto ¿cómo se hace? Como siempre he dicho: con mucho cuidado. Con un gran trabajo en equipo. (ojo: trabajo en equipo no quiere decir trabajo del profesorado, sino de toda la comunidad educativa y por supuesto del alumnado).
  9. Los alumnos/as no logran competencias, solamente, viendo cómo hacemos las cosas, sino, básicamente haciéndolas. Eso sí, nosotros debemos predicar con el ejemplo. De nada sirve que yo sepa muchas matemáticas y llene encerados enteros son algoritmos y fórmulas si mis alumnos no saben sumar. Tengo que ser competente para que ellos lo sean pero seré competente en la medida en que logre que mi alumnado, además de desarrollar las competencias, asume el compromiso vital de ponerlas en funcionamiento porque es bueno para ellos y para los demás o viceversa.

Por todo ello creo que sin necesidad de una nueva reforma educativa, ni de una nueva ley para la cual ya no quedarían casi siglas (LOCE, LODE, LOGSE, LOE), podemos iniciar esta andadura que propongo: pasar de ser “competente”” a ser un “usuario universal de las competencias”. Es decir, las uso en todo momento y en todo lugar. Yo ya estoy trabajando en ese sentido. Posiblemente tendré que buscar un término más adecuado o al menos más breve, pero todo se andará.


En Bilbao a 10 de mayo de 2009

Fernando Antolín Galindo